
Los residentes del centro oeste están entre los más vulnerables de toda la Isla
Por Luis D. Alfaro Pérez
Toldos azules, calles agrietadas, enseres eléctricos dañados, filas interminables, noches en tinieblas, solicitudes sin responder, deudas impagables, letreros de venta, y los pasajes de ida. Estas son conocidas estampas en Puerto Rico, sobre todo, en comunidades marginadas, como zonas que tienen poco acceso a servicios esenciales, infraestructura vial, instituciones de educación superior y un mercado laboral tan amplio como diverso.
La despoblación ha sido evidente en todo Puerto Rico; el porcentaje de residentes en la Isla se redujo por 11.8 por ciento entre el 2010 y 2020, según el censo más reciente.
En especial, la migración incrementó por desastres naturales como el huracán María y los temblores del 2020, pero dos pueblos del oeste aún no ven la semilla del progreso germinar, y todo por un desarrollo económico y social que ha estado ausente durante décadas en Maricao y Las Marías.
Estos municipios ocupan el segundo y cuarto lugar de poblaciones más bajas en todo Puerto Rico, con 4,755 y 8,874 residentes, respectivamente. Asimismo, la encuesta decenal reveló que Maricao fue el segundo pueblo de donde más personas emigraron entre el 2010 y 2020, con un cambio porcentual de -24.2.
Es un caso similar al de las islas municipios, Culebra y Vieques,que ocuparon el primer y tercer lugar en poblaciones más bajas; se trata de una ausencia de política pública para el desarrollo económico de la zona primordialmente agrícola que, a su vez, afecta el acceso a servicios esenciales.
Ambos pueblos del oeste tienen altas tasas de desempleo,según datos del Negociado de Estadísticas del Trabajo (NET). En marzo del 2022, Maricao tenía la segunda más alta tasa de desempleo, con un 10.8 por ciento; y Las Marías, por su parte, con un 8.8 por ciento. Por igual, a finales del 2021 ocupaban el cuarto y quinto lugar por menor cantidad de establecimientos, con 66 y 88 espacios laborales.
Las industrias que más reportaron unidades en Puerto Rico, a finales del 2021, fueron el comercio al detal (8,838); servicios de salud y asistencia social (7,623); servicios profesionales y técnicos (5,183); y alojamiento y servicios de alimentos (4,879).
En contraste, las más representadas en el centro oeste fueron las de agricultura, bosque, pesca y caza; comercio al detal; servicios de salud y asistencia social; y administración pública. En ambos casos, la industria agrícola representó la mayor cantidad de establecimientos —23 en Las Marías, y 30 en Maricao.
En los lugares donde los residentes sí logran conseguir empleos, sin embargo, los salarios suelen ser relativamente bajos. De acuerdo con un informe de Composición Industrial por Municipio, publicado en el tercer trimestre del 2021 por el NET, la industria agrícola paga los salarios promedios más bajos entre todas las industrias, con un promedio trimestral de 3,464 dólares.
Una investigación realizada por tres comisiones de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, en respuesta a la R. de la C. 140, se dedicó a “la tasa de desempleo y sus causas; y las posibles fuentes de empleo y oportunidades de desarrollo para los municipios de Isabela, San Sebastián y Las Marías, que componen el Distrito 16; y para otros fines relacionados”.
Respecto a la tasa de desempleo en Las Marías, la única recomendación que brindaron las comisiones fue que “debe atenderse prioritariamente promoviendo incentivos para la creación de nuevas unidades de trabajo que a su vez creen empleo”. El informe no incluyó estrategias para facilitar esta posible alternativa.
La Isla Oeste se comunicó con el representante Eladio Cardona Quiles, autor de la resolución original, para indagar sobre los resultados de la investigación, pero al cierre de esta edición, el legislador no brindó una entrevista a este medio.

Las tierras que no se trabajan
La composición industrial mayormente agrícola del centro oeste se debe a las zonificaciones y usos permitidos del suelo. Según los Planes de Usos de Terrenos Municipales preparados por la JP, casi todas estas zonas se clasifican como Suelo Rústico Común y Suelo Rústico Especialmente Protegido, designaciones que las protegen del desarrollo urbano, conservan o destinan a otros usos —como, por ejemplo, el desarrollo de la industria agrícola.
Precisamente, el porcentaje tan bajo de suelo urbanizable en esta zona —1.51 por ciento, o 462.89 cuerdas de terreno en Las Marías, y el 0.82 por ciento, casi 196.77 cuerdas, en Maricao —limita que otros tipos de industrias se establezcan aquí y que haya un mercado laboral más diverso.
Al contrario, el 76.2 por ciento —23,348.74 y 18,385.05 cuerdas, en Las Marías y Maricao— de los suelos están destinados específicamente para un uso agrícola potencial.
Ante esa disyuntiva, más allá de que se cambien las zonificaciones a detrimento del ambiente, los residentes podrían esperar a que el Gobierno de Puerto Rico implemente un plan intensivo de desarrollo para la industria agrícola, pero los datos apuntan a que tomará mucho tiempo.
Según el último Censo Agrícola preparado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), la cantidad de fincas y terrenos cultivados disminuyó entre el 2012 y 2018 en un 37.5 por ciento, de 13,159 a 8,230, y decreció en un 16.6 por ciento el área total. A su vez, el tamaño promedio de fincas incrementó de un 44.5 a un 59.3 por ciento.
Parte de las pérdidas se debió al paso del huracán María por la Isla que demolió los cultivos pertenecientes a miles de pequeños y medianos agricultores. Al ver tan poco apoyo gubernamental, en forma de incentivos para reiniciar sus cultivos, decenas de agricultores abandonaron la agricultura como su ingreso principal.
Otros se mudaron para buscar una mejor calidad de vida, pero hubo algunos que no accedieron a los incentivos por falta de tecnología y alfabetización digital. No obstante, hay una cepa de agricultores que está resurgiendo y apuestan al emprendimiento para volver a trabajar en la industria de forma sustentable.
Así lo explicó Jacqueline Pérez Torres, directora ejecutiva de la Fundación Bucarabón, una organización sin fines de lucro que trabaja para el desarrollo económico local y ofrece educación tanto a los agricultores como a las mujeres en Maricao y sus zonas aledañas.
“Empezamos a dirigir talleres para llenar subvenciones, cómo hacer planes de negocios. […] Las subvenciones se vuelven más tecnológicas, y el agricultor que no sabe de tecnología lamentablemente no puede solicitarlas. Hemos trabajado con agricultores que ni siquiera tienen un email”, detalló la ingeniera que lleva gestionando este proyecto desde el 2018.
Según la USDA, la edad promedio del operador de fincas en la Isla es de 60.6 años; asimismo, la más reciente Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico reveló que Maricao y Las Marías son los municipios con la menor cantidad de personas mayores de 25 años graduados de escuela superior o con un mayor nivel educativo.

Además de ofrecer talleres, la fundación abrió un centro digital accesible a los agricultores para llenar las solicitudes digitales, imprimir y digitalizar la documentación necesaria para obtener estas subvenciones. Sobre todo, busca empoderar a los agricultores y las mujeres al impulsar el desarrollo económico y brindar herramientas para el emprendimiento.
Para Pérez Torres, una de las claves yace en potenciar la industria agrícola y en crear productos de valor añadido: utilizar las cosechas de formas nuevas e inesperadas para diversificar los ingresos que pueden reunir estos agroempresarios.
“Esa zona es completamente agrícola. Así está establecido por la zonificación. […] Viene un problema con la seguridad alimentaria. Estamos justo en el momento que estas fincas, que fueron tan afectadas por los huracanes en los pasados años, se vuelvan a retomar por manos de agricultores y volvamos a sembrar”, detalló.
La fundadora, además, explicó que las tierras no se han cultivado como en un pasado, y que, si dejáramos de importar productos del exterior, estaríamos en una situación muy precaria para acceder al alimento.
Según un estudio preparado por la Oficina Económica y Comercial de España en San Juan, Puerto Rico solo produce un 15 por ciento de los alimentos que consume e importa desde el exterior el restante 85 por ciento.
Aunque los cultivos masivos pudiera resurgir en estos pueblos, el impacto del huracán María atrasó la productividad agrícola entre los agricultores pequeños y medianos, según Pérez Torres.
“Hay agricultores que perdieron todo. El cien por ciento de sus cosechas en la zona. Ha sido bien difícil que esas personas vuelvan a confiar en la agricultura”.
Jacqueline Pérez Torres, directora ejecutiva de la Fundación Bucarabón
Para auscultar las necesidades de los residentes maricaeños, la fundación realizó un censo comunitario que evidencia algunas barreras presentes entre la población.

Según datos provistos a La Isla Oeste, el 36 por ciento de las casas identificadas estaban abandonadas y vacantes. Por igual, el 46 por ciento de las residencias se encontraban en terrenos inestables o vulnerables, y gran parte de la infraestructura vial —en especial, tramos de la carretera PR-105, PR-128, y PR-366 — no estaba en estado óptimo para el tránsito seguro.
Se desprende del informe que, para mejorar la calidad de vida en la zona, se debe invertir en mejoras para los edificios de servicios públicos, las facilidades deportivas y toda vía de transportación principal; Las Marías y Maricao carecen de sistemas de transporte público.
Por su parte, el gobernador Pedro Pierluisi firmó el mes pasado la Resolución Conjunta de la Cámara 185 para autorizar al Departamento de Transportación y Obras Públicas a intervenir inmediatamente en las carreteras PR-105 y los derrumbes que obstruyan el tránsito en Maricao.
La Isla Oeste se comunicó con el alcalde de Las Marías, Edwin Soto Santiago, para conocer sus planes de desarrollo económico para el municipio, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta a las múltiples peticiones de entrevista.

Potenciar el emprendimiento agrícola
Parte de los ingresos que recibe gran parte de la muestra entrevistada provienen del Programa de Asistencia Nutricional, beneficios del Seguro Social, pensiones y salarios de empleos; este último renglón incluye agricultores pequeños que trabajan sus propios terrenos a tiempo parcial.
“Como no les dan dinero, hacen su trabajo por el lado, pero la realidad es que casi todo el mundo en la zona tiene su terreno y está trabajando aunque sea a pequeña escala con la agricultura”, puntualizó Pérez Torres.
Asimismo, agregó que, como los márgenes de ganancias mayores en la industria agrícola se adjudican a los distribuidores, el emprendimiento es una forma de asegurar que el agricultor obtenga una remuneración digna por su trabajo. Para ello, la organización intenta brindarles las herramientas que necesita para desarrollar y mercadear sus productos.
Otro de los proyectos de la fundación es una incubadora que ya ha producido siete emprendedores que comenzaron sus propios negocios que, a su vez, generan más empleos. Aún con todas las herramientas, Pérez Torres recalcó la importancia de que el gobierno estatal maneje el problema de titularidades en Puerto Rico que limita a los agricultores a la hora de solicitar subvenciones y ayudas económicas.
A pesar de los retos, Pérez Torres ha visto muchos ánimos y ganas, por parte de los agricultores que han atendido, de cultivar las tierras nuevamente.
“Luego de que damos los talleres, nadie me dice ‘me voy a quitar de la agricultura’. […] Impactamos a más de 70 agricultores; a 32, nosotros les llenamos aquí las subvenciones. […] Hay interés. Llegaron los agricultores aunque no supieran de tecnología, pero vinieron a tomar el taller”.
La directora ejecutiva también ha notado mucho interés por parte de agricultores jóvenes. Una cepa nueva de trabajadores está surgiendo, también, gracias a programas académicos como el recién inaugurado Bachillerato en Agricultura Sustentable en la Universidad de Puerto Rico en Utuado. Entre estos jóvenes con mayor alfabetización digital, el dinero continúa siendo la mayor barrera.
“Igualmente necesitan apoyo. […] Necesitan acceso a fondos. Estamos en una situación difícil de país. Estos jóvenes necesitan apoyo financiero de parte de las agencias gubernamentales para usar los fondos y poder continuar con sus proyectos”, concluyó.

Luis D. Alfaro Pérez
Periodista independiente. Egresado de la UPR-RP con un B.A. en Escritura Creativa y Comunicación Audiovisual. Miembro de la Society of Professional Journalists y el Instituto de Formación Periodística del CPI.
Un comentario sobre “Aún no germina la semilla para superar la precariedad en Las Marías y Maricao”