COMENTARIO: La educación a distancia; una realidad inesperada

Por Miguel A. Varela Pérez

Desde hace algún tiempo, el mundo de la economía y los negocios se han ido moviendo y en transición al uso y aplicación de la tecnología y todo lo que conlleva. De igual manera se han estado creando y desarrollando aplicaciones digitales para atender problemas de seguridad, de salud, comercio, entre otros.

En el campo de la educación no ha sido la diferencia, especialmente en las instituciones de educación superior.  Sin embargo, la nueva realidad mundial, y ante los últimos acontecimientos en el mundo, ha dejado al descubierto que el campo educativo no estaba tan preparado para hacerle frente a las situaciones y lograr que los servicios educativos básicos continuaran ininterrumpidos.

Juca 2016, señala la necesidad de esta modalidad en la formación inicial y continua de los profesionales. De igual manera indica o cuestiona la preparación de los docentes y alumnos ante este nuevo reto. La carencia de plataformas educativas prácticas para desarrollar el “e-learning” , pobre o ausencia de una infraestructura tecnológica robusta, poco conocimiento de los docentes sobre la nueva dimensión de la educación a distancia, enajenación y falta de prioridad de los gobiernos, así como la falta de servicios de conectividad por parte de los usuarios son algunos de los factores que han estado evitando poner en marcha un nuevo modelo o metodología de enseñanza basada en la educación a distancia.

Monsalve 2011, hace hincapié en la necesidad de que los sistemas educativos busquen alternativas distintas para responder a las exigencias del momento. De igual manera, organismos mundiales, entre ellos, la UNESCO, 2002, discuten y presentan la necesidad e importancia de que los sistemas se vayan moviendo a la educación a distancia.      

El rol del docente en la era de la educación a distancia

La educación por medios tradicionales ha entrado en una etapa de coexistir con otras modalidades y metodologías, es necesario empezar a atender  y satisfacer las muchas demandas e intereses del nuevo estudiante, con sus particularidades y demandas.  En la sociedad del conocimiento y la información urge buscar nuevas rutas dirigidas a establecer nuevos escenarios  de aprendizaje. Por lo tanto, hay que permitir que se inserten nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje, la educación a distancia, que no es nueva, ha venido a posicionarse como una alternativa.

Sin embargo, la educación a distancia no implica ser usarla para sustituir de forma apresurada a la educación o enseñanza  presencial. No se trata de eso, más bien implica reducir distancias en todo lo que implica enseñar. La educacion a distancia va más allá de contar con una red de computadoras, una plataforma de trabajo y buena conectividad. Implica insertar y combinar varios elementos que interactúen y hagan de la modalidad algo práctica, significativa e interesante. De ahí de saber combinar los recursos de contenido, de informática y audiovisuales.

Como se mencionara anteriormente, hay varios componentes básicos y de importancia en la educación virtual. Uno de estos elementos es el docente. Este tiene que tener dominio de lo que enseña, pero a su vez debe ser responsable en motivar. Lo anterior implica y conlleva que sea un experto en contenido de la disciplina, especialista en la producción de materiales didácticos,  responsable de asegurar el entorno pedagógico, tutor y evaluador de aprendizaje. En otras palabras, se requiere de un docente que sea emprendedor.

La Sociedad Internacional de Tecnología, ISTE por sus siglas en inglés,  establece claramente los siete criterios o estándares que debe poseer un docente en la metodología de educación a distancia (ISTE,2017). Los estándares son los siguientes; analista, aprendiz, líder, ciudadano, colaborador, diseñador y facilitador.

Si se analizan los estándares identificados previamente, implica que el docente ha sufrido una transformación en su rol, de uno tradicional presencial a uno virtual. De igual manera, lo anterior supone nuevas responsabilidades; especialista en la materia de estudio, guía, colaborar con el estudiante en su proceso de aprendizaje. Este debe estar preparado y dispuesto a ofrecer a su alumno las  herramientas necesarias dirigidas a ayudarle en su desarrollo de aprendizaje. Se ha de convertir en facilitador .

La educación a distancia implica un cambio en la manera en que el docente presenta el  contenido de su curso y en cómo interactúa y se comunica con su alumno. El profesor deja de ser un mero transmisor de conocimientos, para pasar a ser una figura motivadora, que orienta el proceso, que facilita recursos y acompaña constantemente el proceso formativo. Requiere además, compromiso en el docente para acomodar, adaptar y reestructurar sus antiguas prácticas pedagógicas.

En conclusión, sin duda alguna, la metodología de la educación a distancia ha llegado para quedarse, jamás sustituirá al docente, si lo complementará y le facilitará, bajo ciertas condiciones, poder desarrollar el proceso enseñanza aprendizaje con nuevos escenarios y retos. Implica un cambio de paradigma, un desarrollo profesional continúo, moverse en forma dinámica a nuevos enfoques pedagógicos en los que el contenido y la relación de comunidades y entornos virtuales de aprendizaje se complementen y hagan enriquecedora las experiencias.

La nueva modalidad implica compromisos por parte de los que administran los sistemas educativos, tienen que brindar prioridad a esta nueva modalidad. Es necesario que establezcan los mecanismos básicos para equipar de las mejores tecnologías y plataformas a los centros educativos, de tal manera que la educación en línea o a distancia sea un éxito. De igual manera conlleva mayor responsabilidad por parte del estudiante y padres para que la transición y culminación del proceso enseñanza aprendizaje se dé y se dé bien. No toda la carga puede caer sobre el docente. Este, aunque es un componente importante en la cadena, no es el único responsable. Se requiere voluntad y compromiso de todos los componentes  De esta manera, aunque a distancia, no dejará de que la relación docente alumno siga cercana.

El autor es residente de Isabela, retirado del Departamento de Educación en funciones de Maestro, Director, Coordinador de Ciencias, Superintendente Auxiliar y Superintendente de Escuelas. Además ha laborado como Profesor en la Universidad Interamericana de Aguadilla y la UPR- Aguadilla. Puede contactarlo escribiendo a: varepma@hotmail.com

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.