COMENTARIO: ¿Porque el país está destruido?

Por Lcda. Alicemarie Comas Pérez – JD

A dos meses de  las elecciones, continuamos con los mismos problemas. Es hora de mirar hacia adelante y enfocarnos en lo que realmente es importante para la convivencia humana y el desarrollo del país.  Cuando hablamos y criticamos al  “gobierno”,  de inmediato pensamos en la administración que nos gobierna, rojos o azules, el llamado bipartidismo. Igualmente pensamos en corrupción, lucro, robo, falta de intelecto, ineptitud, incompetencia, falta de empatía, sensibilidad y todas las demás palabras que escuchamos a diario para definir como ejercen las funciones aquellos que nos administran.

Pero alguien se ha preguntado, ¿qué administran los políticos y quienes componen el gobierno?  Porque yo si me lo he preguntado.  Muchos piensan rápidamente, “gobierno” sinónimo de gobernador y legisladores.  Para mí gobierno es mucho más que eso. Para mí el gobierno es un ente muy grande, compuesto por puertorriqueños que son quienes le dan vida, construyen y destruyen el país. Gobierno sin personas no es nada ni puede hacer nada. Dicho esto, me sorprende ver personas pidiendo la cabeza del “gobierno” y alegando que hemos sido víctimas del “gobierno” refiriéndose a los rojos y azules.  Que también aclaro, “rojos y azules” o sea PPD y PNP son entidades que también son compuestas por personas tan puertorriqueñas como usted y como yo. Ninguno tiene vida ni razón de ser sin personas.

Ahora, ¿como llamamos a esos que laboran en las Agencias, Municipios, Corporaciones Público-Privadas, Rama Judicial y Universidad de Puerto Rico? Porque para mí esos también son parte del gobierno y responsables del “desmadre” que vivimos hoy. 

Criticamos y hablamos de los partidos demonizándolos, sin embargo escucho muchos empleados de esas otras áreas que son empleados gubernamentales, haciendo críticas, desprestigiando los políticos y echándole culpas exclusivas, pero ellos se ven excluidos del gobierno y para nada se dan por aludidos. Sin embargo, aquellos que acudimos a las agencias, municipios, corporaciones público-privadas, rama judicial, y la UPR, sabemos que el problema que ha confrontado nuestro país va mucho más allá  del gobernador y los legisladores. Pues si bien es cierto que el gobernador es electo, ese gobernador elige un equipo de trabajo en todas las áreas, muchos de ellos no todos, con el consejo y consentimiento de la asamblea legislativa. Pero, ¿dónde dejamos todos los empleados púbicos que llevan años trabajando en las diferentes áreas?  Muchos realmente son servidores públicos, honestos, íntegros, responsables y que hacen una labor de excelencia.  Pero muchos, muchísimos, sí, muchísimos, están allí y todo el mundo sabe que no hacen su trabajo, violan la ley con todo lo que deben hacer y hacen todo lo que no se debe hacer. Pero son los primeros en criticar el sistema y echar culpas para justificar como estamos hoy, excluyéndose del problema. 

Si bien es cierto que la mayoría de las áreas tienen directores políticos y muchos no saben ni como comenzar a trabajar,  también es cierto que cada empleado es responsable de cumplir la labor por la que se le paga. Porque para mí, tan corrupto o delincuente es el político que roba o pide soborno, como el empleado que cobra sin rendir su trabajo. Y cómplice de las acciones es el compañero de trabajo que lo sabe, lo ve y mira para el lado. 

El país no se ha destruido porque tuvimos un gobernador o legisladores corruptos.  Llevamos años viendo cómo se desborona nuestro país y como trabajar para el gobierno se traduce a un 15 y un 30, un contrato, una iguala o meramente un sueldo con beneficios marginales. Cada empleado tiene una función, pero esa función debe cumplirse para que el país funcione.  Para eso es que existen los diferentes puestos. Si el trabajo de ese empleado gubernamental no fuera importante o necesario, pues no existiría o no debería existir.

Es bien duro y lamentable escuchar en las diferentes agencias o instrumentalidades públicas o público-privadas, empleados que descaradamente le digan “Yo cobro lo mismo atienda una persona  o atienda diez, así que si no le gusta lo lamento, haga lo que quiera que la unión me protege”,  y usted tener que guardar todo lo que desea decirle meramente para poder recibir el servicio que necesita.  Servicio que ellos cobran y que a veces cobran doble solicitando paga externa.  Pero más fuerte y doloroso es cuando esto no es una conducta aislada de una persona, sino cuando usted lo ve en muchas personas denominados empleados públicos en diferentes agencias, municipios o entidades públicas.

Entonces tengo que preguntarme, ¿de quien ha sido el problema?  ¿Porque el país está destruido?  Muchos lo han visto, pero prefieren quedarse callados.  Y saben qué?; más duro es ver que son muchos  y no son solo rojos y azules como se pretende culpar, sino también verdes y aquellos que hoy dicen ser de los “movimientos nuevos o independientes” que quieren cambio.  Pero ellos han sido parte del cambio de mentalidad para convertirnos en lo que somos hoy.  Porque tan importante es el conserje como el director, para que el país, sus instrumentalidades y agencias funcionen.

He tenido la experiencia de trabajar con personas de todos los partidos y con personas de todas las ideologías políticas y religiosos.  Créanme, en TODOS los grupos, movimientos o sectores, existen personas que son servidores de verdad y en TODOS  existen personas, corruptas, que cobran y no hacen su trabajo, chanchullean fuera y dentro del trabajoy siempre se justifican.  Así que el problema no necesariamente son los rojos y azules. El problemas somos todos y la solución no será mágica.  Por cambiar de color,  de gobernador o de legisladores esto no va a dejar de existir mañana. 

Comprobado que a casi un mes de las diferentes juramentaciones, tenemos los mismos problemas.  Es hora de comenzar a crear conciencia de lo que es servir, de lo bueno que es trabajar, la importancia de hacer el trabajo,  sentirse útil, hacer el bien y tener la gente ocupada. Los que dirigen, administran y gobiernan el país deben tener conocimiento de cómo ser jefe, pero más importante de cómo ser líderes.  El país es de todos y para todos. Cada cuatro años podemos cambiar de color, pero, ¿cambiamos de ideas, de acciones y actitudes?

No podemos seguir viendo el trabajo como algo malo.  Tenemos que empezar a crear conciencia de que el trabajo es bueno, necesitamos que se brinden los servicios,se realice la labor de todos,no de unos pocos, para que el país funcione.  Si realmente queremos que el país mejore, debemos comenzar a cambiar nosotros, desde las esferas que nos rodean.  No pretendamos que otros cambien, o que exista un cambio mágico inmediato sin hacer nada. Dejemos de criticar y buscar los defectos de los demás echándole la culpa de la destrucción del país a los políticos. 

El país es de todos y todos somos parte del desastre y todos aportamos en nuestros diferentes entornos.  Si tus compañeros no hacen lo que le corresponde, edúcalos y haz tu lo correcto. Que los negativos y los destructivos se conviertan en  minorías y no en mayorías. 

Nos merecemos ser administrados por gente capaz, competente y eficiente. El puertorriqueño se destaca por ser inteligente y sobresalir en lo que le pone pasión. Dejemos de buscar el oportunismos y comencemos a servir por lo que se nos paga. 

Es hora de poner manos a la obra sin importar el color, la bandera, el partido, la raza o la religión.   Comienza contigo, en tu entorno y verás que reconstruiremos a Puerto Rico.La solución no es mágica, pero si todos aportamos haciendo lo que nos corresponde, sin duda tendremos un mejor Puerto Rico. 

Lcda. Alicemarie Comas Pérez

La autora es abogada litigante, ejerce la práctica privada con especialidad en pleitos civiles, notaría, relaciones de familia, derecho administrativo y legislativo. Ha sido asesora legal de varios legisladores de Puerto Rico. Obtuvo Juris Doctor en la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos, donde posteriormente ejerció como profesora. Fue miembro de la Comisión de Derecho de Familia Área Oeste. Para comentarios o contacto escriba a: lcdacomas@gmail.com o llame al 787-851-0817.

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