Icono del sitio La Isla Oeste

Diversión y consciencia en Casa Múcaro en Las Marías

©Bill Birdsall

Por Víctor Manuel Vázquez Domenech  / Para La Isla Oeste

Las Marías. “En el final del mundo”, hay una estructura en forma de comején, anclada en una de las lejanas montañas del pueblo de Las Marías.

Su estructura es realizada con materiales que en algún momento han sido basura para otros. No es usual observar a personas viviendo en lugares como este, sin embargo, la fresca brisa de la montaña, el silencio y la tranquilad de la noche puede hacer repensar a más de uno, si se vive en el lugar correcto.

Le llaman Casa Múcaro y el público general la puede visitar para contemplar su belleza. Uno de los propósitos de esta estructura es educar a la gente a proteger los recursos naturales y reciclar, para de esta forma, ayudar a mantener un planeta más saludable.

Es así que, Bill Birdsall, norteamericano nacido en Nueva York, describe a grandes rasgos su proyecto, el que utiliza como residencia. Entre curiosas imágenes y esculturas creadas, asegura que este es un modelo para vivir en total armonía con la naturaleza, por lo que invita a otros a replicarlo a través de toda la Isla.

“La necesidad es la madre de la invención”, dice el estrambótico pacifista de 67 años, quien se mudó desde Los Ángeles, California, hace cuatro décadas, a resolver su necesidad de vivienda, al tiempo pensando en las necesidades colectivas.  Narra que exploró lugares como las Islas Samoa y Hawaii antes de mudarse a Puerto Rico, buscando un lugar donde poder  hacer arte y vivir tranquilo.

“Yo corrí por las Islas del Pacífico primero, a seguir otros sueños, pero políticamente, fue imposible”, comentó.

Cuenta que de joven soñaba con una isla propia. Al llegar a Puerto Rico se enamoró de este archipiélago.  Como no quería vivir en una ciudad, casi por casualidad llegó a Las Marías y compró diez cuerdas de terreno a muy buen precio.

Preocupado por el reciclaje, Bill construyó su hogar con redes de nylon de la antigua atunera Star Kits de Mayagüez y cemento, aunque se puso a inventar para obtener materiales sobretodo livianos y que le duraran pues en aquel tiempo tenía que cargarlo todo por las empinadas cuestas marieñas. No fue de la noche a la mañana que culminó su proyecto, todo lo contrario, fue poco a poco y aún visualiza mayores construcciones.

El cemento lo limitó a apenas una pulgada para el piso y para las paredes a una pulgada y media. Normalmente su utilizan unas seis pulgadas de cemento en las residencias actuales. Usó la estructura de la burbuja y arco con presión para mantenerlo fuerte y firme, por lo que en contraste con un techo plano, no necesita columnas para sostenerlo.

Sobre la estructura hay bejuqueros que ayudan proteger del inclemente sol y de esta manera mantener un clima agradable. Lo describe como nidos de comejenes.

Asegura que su idea debe ser utilizada en el futuro y así se contribuye a mejorar nuestra estadía en el Planeta.

Bill es pintor, escultor, inventor y músico. Quiere hacer cine próximamente. Ha tratado de ganarse la vida como artista durante toda su existencia. Todo lo que sabe y hace lo cuelga en su espacio cibernético.

“Todo lo que puedo lo reciclo”, afirma Bill, quien ha realizado muchas de sus creaciones con basura, mezclando diferentes materiales y experimentando.

La música es una parte principal en el proyecto de Bill. Por todos lados hay creaciones para que se pueda hacer música. Todos con materiales reciclables

Hasta creó un instrumento musical bautizado como “tootophone”, utilizando una jeringuilla básica de insulina. Las instrucciones de cómo crearlo están en Internet como su aportación que sea utilizado por todos. El sonido que produce es peculiar y suave, pero puede hacerse más profundo si se extiende.

Casa Múcaro, no se limita a la residencia principal. Tiene una azotea donde se puede observar la vista más maravillosa de los pueblos de Las Marías y San Sebastián.  Además, tiene un sistema de túneles, en forma de laberinto, de 150 pies, que tardó seis años en construirlos. Está a 38 pies bajo su residencia. Aquí es donde ha pasado días con inclemencias en el tiempo y hasta huracanes. Hay una alberca con cientos de peces y las escalinatas que unen todos sus proyectos no se pueden contar.

“Paraíso, paraíso. Esto está cultivado. Verde por todo el año y tiene comida por todos lados. Bien bueno”, expresa Bill, aun con marcado acento del idioma de Shakespeare, sobre el panorama que ve desde la azotea de Casa Múcaro.

Bill ha acogido en Casa Múcaro a varios jóvenes, quienes utilizan el lugar para crear sus obras. Actualmente se diseñan vestuarios, accesorios, máscaras, títeres y escenografías que se utilizarán para el Circo de la Plaza en Mayagüez. También se prepara el lugar para que se pueda acampar y se tomen adiestramientos sobre arte y técnicas agrícolas.

“Estoy en una aventura desde el principio. Hay un refrán: la necesidad es la madre de la invención. Eso es la verdad. Cuando tú no tienes nada, todos los días están llenos de invención. Uno se siente creativo pero con los años, sino hay problemas, no se hace nada”, reflexionó.

“Tres cosas claves son materiales, herramientas y conocimiento. Y si todo público está diestro en esto de bregar en construcción, como lo que yo estoy haciendo, hasta niños y mujeres pueden hacerlo”, asegurando que su proyecto es una solución de futuro que debe ser imitado.

Es por esta razón que Bill quiere dar a conocer su proyecto. Es así que, la Casa Múcaro está abierta para visitas pre acordadas, los sábados. Para reservar un espacio debe llamar al (939) 252-4206. Solo con cita previa.

1 / 18

Esta nota fue editada luego de publicda para aclarar que las escenografías de Bill se utilizarán para el Circo de la Plaza en Mayagüez y no Circo Nacional.

Salir de la versión móvil