Por Luis Joel Méndez González / Para La Isla Oeste
A veces, cuando está aburrido limpia sus autos varias veces al día; en otras, se queda en su cuarto observando los premios que una vida dedicada a la música le ha regalado. Pero cada día, se sienta a recordar cuando por allá en los años cincuenta, partió hacia Nueva York siendo apenas un adolescente.
Así transcurren los días de Alfonso Vélez Iturrino, compositor de grandes éxitos como “El jolgorio” o “La luz”, que convirtieron la música jibara en parte imprescindible de la navidad puertorriqueña.
A sus 79 años se reitera en que “lleva la música en la sangre”. Reside en el pueblo de Añasco junto a su esposa Lydia Candelario Lugo, donde en sus años de adolescencia también trabajó como carretero de bueyes.
Partió hacia la Ciudad de la Gran Manzana, Nueva York, el 6 de abril del 1958 en búsqueda de la “bola e’ pegao”; frase que en la zona rural de Puerto Rico es utilizada coloquialmente para referirse al deseo de prosperar.
“Yo fui pa’ allá, y comencé a grabar mis discos. El primero fue ‘La ingrata que se fue’ en 1961. Luego en 1962 grabéuno de larga duración que le gustó a la gente, porque tenía cuatro o cincotemas que fueron grandes éxitos”, mencionó Alfonso.
El amor por la música lo heredó de su familia materna. Escuchaba a su madre cantar cuando era niño, a sus tíos mientras raspaban el güiro o tocaban la sinfonía; lo que, según él, le enseñó a respetar la música.
Esperanzado en la juventud
“Yo encaminé a mis nietos a la música. Comenzaron en la Escuela Libre de Música, ella (mi nieta) tocando instrumentos de percusión y cuatro, (por lo) que grabó un disco conmigo que pegamos; mi otro nieto, toca bajo y aprendió a tocar saxofón”, acotó Alfonso.
Reconociendo que no todos los jóvenes poseen la misma capacidad o el mismo interés de fomentar la música jíbara, el añasqueño expresó sentirse esperanzado de que logren presérvala.
“Los (jóvenes) que la interpretan, la sienten y la viven… Yo tengo amigos jovencitos que me dicen ‘quisiera ser como usted’, y yo les digo ‘yo te aconsejo que seas como tú, no como Alfonso Vélez”, enunció.
El compositor mencionó que es importante “que (los jóvenes) sigan hacia adelante porque la gente aún compra discos de música jíbara, aunque no se promocione en las emisoras”, siempre con “música bien hecha”, enfatizó.
“Ellos (mis nietos) son adolescentesque están estudiando y no tienen tiempo de interpretar el cuatro y el bajo, que es lo que tocan, (pero) ojalá algún día cuando terminen los estudios, les dé con seguir el cuatro y el bajo”, puntualizó el cantante, deseoso de que la música le regale a ellos, lo mismo que a él le ha regalado.