Por Daileen Joan Rodríguez / La Isla Oeste
Tras formalizado el permiso para cultivar cáñamo en su finca, Georgie Ferrer (hijo) se encuentra en el trámite de conseguir la semilla que plantará en sus tierras, para germinar unas 10 cuerdas de terreno en su fase inicial de investigación avalada por los Departamentos de Agricultura y de Desarrollo Económico y Comercio de Puerto Rico.
Empero, la semilla que busca Ferrer Graniela para arrancar la industria del cáñamo en la Isla, no es cualquier semilla, según explica. “Esto no es a lo loco”, puntualizó el joven empresario. “La semilla tiene que tener una procedencia, que el lugar donde la vendan certifique que en efecto cumple con los estándares, tanto del Estado (de procedencia) como de Puerto Rico”.
Y es que, como es conocido, el cáñamo permitido bajo la aprobada Ley Agrícola federal de 2018 (mejor conocida como Farm Bill) no debe exceder de .03 del porciento del psicoactivo (conocido como THC, de sus siglas por tetrahidrocannabinol) que “arrebata” el estado mental.
El pasado 12 de septiembre, Ferrer Graniela fue uno de cuatro agricultores de la región oeste de la Isla en recibir las primeras tarjetas de identificación que permitirán a agricultores licenciados cultivar y manufacturar cáñamo en Puerto Rico. Esta industria emergente en Puerto Rico es hija de la Ley Agrícola federal que rige la política pública que despenaliza la siembra de cáñamo de cannabis sativa.
“Lo que pasa es que el THC (de esta cepa) es bien bajito. Te puedes fumar tres cuerdas (de siembra) de cáñamo y no te va a dar el efecto psicotrópico”, puntualizó el agricultor, como desanimando a quienes vayan teniendo la tentación de cruzar límites en el sembradío para agenciarse ganancias ilegales.
El enfoque de esta iniciativa busca lograr utilizar la fibra (hemp) del cáñamo para la diversidad de usos que tiene en la industria textil y manufacturera; y/o para producir aceite medicinal. “La idea mía es utilizar las dos”, dijo, destacando que en este momento hay que aprovechar que el precio del mercado del cannabinoides CBD y CBN que está alto.
“Puede llegar a ser la primera industria agrícola del país” – Georgie Ferrer
En Puerto Rico, como nunca se había sembrado cáñamo, el gobierno pretende con estos primeros proyectos pilotos, estudiar su comportamiento y limitó su siembra a un máximo de 10 cuerdas, en espera de que el Departamento de Agricultura federal emita unas guías que eliminarán la limitación. Luego de la aprobación del «State Plan«, Agricultura de Puerto Rico contempla proyecciones conservadoras de siembra de unas 10,000 cuerdas.
La meta de Ferrer es llegar a sembrar 500 cuerdas de terreno una vez consiga resultados positivos de esta primera fase. Hasta el momento, estima una inversión inicial de $50 mil dólares, que incluyen: las licencias –que cuestan $1,500-, la adquisición de semilla, el sistema de riego, fertilizantes, entre otras misceláneas.
“Esto es un campo que promete mucho. Hablar de números ahora mismo –el secretario dijo- que estima un impacto de $150 millones en base a unas 10 a 15 mil cuerdas que se van a estar impactando con esta nueva industria”, acotó el visionario empresario que anticipa tener tres temporadas de cultivo y cosecha, a diferencia de Estados Unidos, donde se da solo una. “Eso nos va a hacer bien competitivos”, acotó Ferrer, aunque anticipando que vengan empresas multinacionales a competir con los agricultores locales.
El Cannabis es una planta foto lumínica que requiere cierta cantidad de luz por día. Se dice que en Puerto Rico hay cerca de 13 horas de luz por día. Además, se busca ver cómo la cepa se adapta a la altura, diferentes tipos de suelos, a los niveles de PH en la tierra, y demás factores ambientales locales. Por esto, el DA otorgó las licencias en diferentes puntos geográficos de la Isla.
Junto a Ferrer, Cuya finca Western Hay ubica en la carretera 116 en Lajas se licenciaron otros dos lajeños empresarios a cargo de las fincas Rangelands, Inc. y Finca Encarnación; y Fabre Green Farm, Corp. en Sabana Grande. Todos son empresarios que estarían hábiles para negociar con compañías que quieran adquirir el producto, ya sea para manufactura o aceite.
“Antes de hacer una inversión inicial enorme, vamos a empezar con este proyecto piloto para nosotros aprender”, dijo Ferrer, quien ya cuenta con un grupo de expertos asesores y la asistencia de investigadores del Recinto Universitario de Mayagüez, junto al Dr. Miguel Muñoz y estudiantes de Ciencias Agrícolas.
Según se informó, también en Lares se licenció la empresa BioGem; así como Criadores de Salinas, SE; Finca Los Amigos en Aguas Buenas; Morivis ADN GFC Farms Inc., en Ciales; BeBetter en Barranquitas; y el agricultor Jorge Martinez Andújar en Camuy. Todos tuvieron que presentar propuestas, que fueron evaluadas por un comité especial para recomendar las licencias.
“En esta fase, la Oficina para el Licenciamiento e Inspección del Cáñamo (OLIC), ha evaluado decenas de solicitudes de personas corporaciones interesadas en participar de la investigación de cáñamo o trabajar cualquier aspecto de la industria», explicó el secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega, en un comunicado.
«La entrega de estas licencias de proyectos pilotos de investigación para el cultivo del cáñamo, se traduce en nuevos negocios con multiples opciones para la elaboración futura de un sinnúmero de productos que pueden ser exportados. Esto genera nuevas inversiones y empleos y una mayor captación de fondos», manifestó el secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio, Manuel Laboy.
En esta primera fase, OLIC, ha otorgado dos tipos de licencias de proyectos pilotos de investigación, para cultivo y manufactura.
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