Por Fransheska Fuentes Morales
José “Fufi” Santori Coll o mejor conocido como Fufi Santori fue recordado cómo un hombre humilde, alegre y dado a la gente y a su país, en San Sebastián, el pueblo en el que vivió más de dos décadas y al cual le tenía un enorme aprecio.
Es justo en el Pepino dónde el exjugador y dirigente de baloncesto pidió fueran a descansar sus restos. El sepelio se llevará a cabo en el cementerio Pepino Memorial Park ubicado en el barrio Calabazas del pueblo de San Sebastián a las 3:00 de la tarde, luego de que sean celebrados los actos fúnebres -comenzando a las 10:30 de la mañana- en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) en el que Santori fue profesor de Deportes.
“Para él, Pepino fue un pueblo bien especial, nosotros nos criamos en Pepino, él vivió ventipico de años y para él fue un pueblo bien especial, en el sentido de que era un pueblo humilde y que se respiraba paz; él decía que la gente y el pueblo eran algo especial”, expresó Sergio Santori, hijo menor de Santori sobre el deseo de su padre de ser enterrado en San Sebastián
Es así que, cuando le preguntan, dice: “somos de San Sebastián de la Vegas del Pepino”.
“Eso él nos lo enseñó a nosotros, a querer ese pueblo. Inclusive él mismo fue el que dijo que su mamá, Edna Coll, está enterrada en Bayamón y quería que lo enterraran en San Sebastián. Ese era el pueblo (donde) quería descansaran sus restos. A ese nivel de especial era San Sebastián para él” .
Sergio, dentro de las muchas anécdotas que recuerda de su padre, destaca su humildad, visión del Deporte y del dinero.
“Él me enseño tanto del Deporte, pero me inculcó mucho lo que es la humildad y lo que debe ser un ser humano aparte de las cosas que puedas tener; lo que es el valor verdadero del ser humano y esa vida sencilla que tanto le inculcaba a uno”, acotó.
“Yo jugué mucho baloncesto, pero de las cosas que más me inculcó, fue el gozar del deporte, pero no de la forma competitiva, no de ganar y ganarle al otro; era más de compartir y de pasarla bien”, añadió. Sergio recuerda que igual le enseñó a tratar el dinero. “El dinero para él no le importaba, era bien desprendido de lo que era el dinero, te lo encontrabas en la calle y le decías “Fufi” necesito 10 pesos y él te decía coge quince, sin conocerte, sin preguntar nada”, reflexionó.
Sergio confesó lo mucho que representaba Puerto Rico para Santori, tanto fuera como dentro del deporte. “El amor que la gente estaba reflejando por él y la forma en la que lo recordaban es algo impresionante para mí. Desde hablar con personas que salían con una genialidad de él y se echaban a reír. Era un persona bien alegre. Tenía unos ideales y pensamientos -para lo que puede ser la mayoría del pueblo de Puerto Rico- radicales y diferentes, pero era muy apasionado con lo que era ese tema y tenía un amor grandísimo a Puerto Rico, el país, su gente y su cultura. No había formas de que viniera nadie (ante él) a menospreciar la cultura y el pueblo puertorriqueño; y eso él lo transmitía a través del deporte con el equipo nacional y con la representación de los equipos aquí”, manifestó.
En su casa
Fufi se mudó a San Sebastián cuando contrajo matrimonio con la licenciada María Concepción “Conchi” Aymat, natural de ese pueblo y residente de la Casa de Doña Bisa, hoy en día casa emblemática convertida en el Museo Histórico de San Sebastián.
“Yo me crié en San Sebastián, mi familia vivió al principio en casa de mi abuela, en los altos de lo que era la casa de Doña Bisa, que era de mi abuela Viola. El primer año de mi papá estar casado, yo no viví en esa casa, solo mis hermanas y posteriormente pasaron al barrio Hato Arriba en San Sebastián. Allí nosotros vivimos en lo que le llamamos la casa colorá, antes de vivir en la que construyeron en Hato Arriba y ahí estuvieron ventipico de años.” agregó el hijo menor de Santori.
Entre anécdotas
Por su parte, Víctor Martínez sobrino de Santori confesó entre risas una anécdota de su tío de tantas que guarda en su mente.
“Mi tío, cuando estaban cayendo rayos, él se iba y prendía el aire en casa de la abuela mía (ahora Museo Casa Doña Bisa) -que es bien en el medio y no se escucha nada- para no sentir nada, porque él les tenía terror a los rayos” confesó.
Mientras, Reinaldo Ramos, residente de San Sebastián habló sobre las memorias que tiene respecto al aporte de Santori en el Deporte en el oeste.
“Él trato de llevar un equipo de baloncesto en San Sebastián y jugaron uno o dos años en la extinta Liga Puertorriqueña, para las fechas entre el 1988 y 1990, que yo fui Asambleísta y traté de ayudarlo, pero lamentablemente en Pepino no existe una cultura de baloncesto” concluyó.
Sobre este asunto Sergio Santori recordó haber formado parte del equipo que creó su padre para esta época.
“Él hizo una liga, pero fue más bien un equipo en el cual yo participé, participó mi primo Víctor, teníamos un muchacho de Mayagüez, de San Sebastián… éramos 12 muchachos y participamos a nivel de Puerto Rico y jugábamos con diferentes equipos con Mayagüez, Barceloneta, Aguada, Moca… Anterior a eso, él había hecho el equipo de Los Hamaqueros, pero ese era a nivel superior del cual yo fui mascota. Fue un equipo de baloncesto de San Sebastián” recordó.
Su legado en el deporte
Fufi dejó un gran legado en el Deporte no tan sólo a nivel nacional sino internacional. Se destacó en múltiples disciplinas a la vez y fungió como jugador, dirigente, columnista y analista deportivo, entre otros.
Desde el 1951 Santori formó parte de la Selección Nacional de Puerto Rico participando en los Juegos Centroamericanos de 1954, 1959 y 1962 así como en los Juegos Olímpicos de 1960 en Roma.
Se destacó además en el Deporte del Tenis logrando un subcampeonato en dobles mixtos en el 1962 y Campeón Nacional de Tenis de Mesa en el 1966.
Además de fungir como “coach” en el Colegio de Mayagüez, en el baloncesto de la Liga Superior y por dos años con nuestro Equipo Nacional, Santori fue entrenador de Tenis en el Colegio y en el entonces Mayagüez Hilton.
Esta nota fue editada luego de publicada.