La “H” de hipócrita

Por Wendaly Barbosa Ramos

En la vida encontramos personas tan buenas como “el pan”, pero en ocasiones solo es en apariencia, por lo que podríamos escribir volúmenes completos sobre la hipocresía. También, hay momentos en los que podemos caer en este juego ya sea para “evitar” un disgusto o hacer sentir bien a otra persona y recurrimos a las llamadas “mentiritas blancas,” pero nunca conducen a nada bueno. Como dijo William Shakespeare: “El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.”

Entonces, qué diferencia habría, si alguna, entre una persona que miente y una hipócrita. La respuesta no es tan sencilla porque ambas implican un engaño, pero quizás podría haber una diferencia sutil según los motivos ulteriores; si la finalidad de la mentira es obtener algún beneficio personal o ventaja sobre los demás, definitivamente se trata de un hipócrita.

¿Qué es la hipocresía?

Mosquera de Calderón (2012) en “Hablar con máscaras” describe que la palabra hipocresía proviene del griego “hypokrisis” que significa fingir, actuar o hablar con máscaras, por lo que simplemente se trata de un tipo de mentira o forma de mentir que crea una pantalla. Además, la hipocresía es dañina tanto para el que la recibe como para el que actúa de esta manera pues vive en un mundo irreal y de mentiras, en el que las máscaras caerán en algún momento.  Del mismo modo, cuando se ve descubierto se enoja o se hace la víctima.

Desde hace tiempo, y más en el momento procesal actual que estamos viviendo en el siglo XXI en este mundo complejo de vicisitudes diversas e incomprensibles; la simulación, apariencia, engaño, o hipocresía son considerados como conductas o comportamientos indeseables.

¿Es la hipocresía una pieza insustituible en la dinámica política de las democracias modernas? Parece que sí es irremplazable porque los tiempos políticos actuales están marcando esta actitud. Ante la insinuación de la publicidad de sus actos, los actores políticos tienen que fingir, mitigar, atemperar y lenificar sus intereses personales y egoístas.

El derecho a saber lo que hacen nuestros representantes o “líderes” no busca curarlos de su ambición y deshonestidad, sino cubrirlos ya que algunas personas por su fanatismo ideológico justifican también hipócritamente los intereses de manera inevitable el comportamiento.

¿Cómo identificamos a una persona hipócrita?

En el artículo “Doce (12) tips para descubrir a una persona hipócrita.” Migdalia Fernández (2015) nos señala algunas características o comportamientos generales compartidas por ellos, entre las que se destacan:

  1. Adulador sin límites – Ofrece elogios constantes, manifiesta sentimientos de forma exagerada e incluso puede obsequiarnos regalos y atenciones constantemente, pero no es de manera desinteresada.
  2. Ofrece medias sonrisas – Puede mostrarnos una gran sonrisa, pero no es genuina. Los expertos en lenguaje corporal señalan que una sonrisa verdadera puede identificarse por el levantamiento de los pómulos, por imperceptible que parezca.
  3. Intrigante – No solo critica la vida de los demás, sino que inventa situaciones y miente para su beneficio o sin necesidad. Si hace esto con los demás, por qué pensar que no lo hará con uno.
  4. Mira esquivamente – Evita el contacto visual directamente a los ojos.
  5. Interesado (a) – Se acerca porque entiende que pueden lograr u obtener algo de nosotros o utilizarnos, ya sea por las conexiones, talentos o posición social que tenemos, etc. y no porque valoren nuestra amistad.
  6. Exige lo que no puede ofrecer – Espera que le tengamos confianza, pero esta no es recíproca, sino que solo vamos a conocer una parte de su persona y es posible que no sea genuina.
  7. Procura el chisme – Lleva y trae lo que le cuentan; en muchas ocasiones con la salvedad que es por el bien de la otra persona.
  8. Traicionero (a) – No duda en traicionar a otros si puede obtener algún beneficio, sin importar si se trata de conocidos, amistades, compañeros de trabajo o familiares.
  9. No tiene límites – La moral no es un freno para lograr lo que quiere.
  10. Abusa de sus privilegios o posición – No duda en utilizar su poder siempre que lo crea necesario.
  11. Carece de escrúpulos – Puede colocarnos en situaciones difíciles como pedir algún favor o consideración inapropiada.
  12. Invalida a las personas – Busca crear divisiones, excluir a otros de asuntos importantes, hacer comentarios inapropiados, entre otros.

¿Cómo manejar a una persona hipócrita?

Fran Ignacio Mendoza (2016), en su escrito “Cómo confrontar a una persona hipócrita,” asegura que estar en la mira de un hipócrita de seguro va a ser una experiencia desagradable, en mayor o menor grado, por lo que ofrece una serie de alternativas y pasos para lidiar con esta situación:

  1. Descubrir sus motivaciones – Saber qué es lo que busca o le interesa en realidad podría ayudarnos a encontrar la mejor manera para enfrentar el asunto.  En el fondo los hipócritas suelen ser personas con recursos emocionales pobres e insatisfechas.
  2. Protegernos – Los daños colaterales o las consecuencias de este tipo de personas en nuestra vida pueden ser devastadoras ya sea porque nos haya indispuesto, calumniado, alejado de los demás, etc. Si el daño está hecho debes tratar de remediar la situación.
  3. Enfrentarlo (a) – “Hablar,” “dialogar,” “lidiar” (como prefiramos llamarlo) equivale a desenmascararlo, hacerle saber que estamos al claro de su proceder. Para esto es necesario que nos armemos de calma, valor y fortaleza, pues los hipócritas suelen ser muy astutos y van a hacer todo lo posible por manipularnos y hacernos creer que estamos equivocados o que hemos malinterpretado la situación.
  4. Preparar una estrategia – Si estamos seguros de lo que queremos decir, adelante. De no ser así, debemos planificar una estrategia para mantener la calma, ser lógicos y firmes, anticipar reacciones y argumentos para que no nos tomen por sorpresa, escoger las palabras adecuadas, practicar lo que queremos decir y tener claro lo que queremos lograr.
  5. Escoger el lugar y el momento adecuado – Debemos escoger una hora y un sitio en el que nos sintamos cómodos y en el que no corramos el riesgo de que se saque el asunto de proporción; una alternativa sería citarlo en un lugar público. Si la persona prefiere evitarnos, podemos buscar un lugar en el que coincidamos fácilmente (por ejemplo, después de una reunión). Sin embargo, si se siente acorralado es muy probable que el resultado no sea el esperado.
  6. Mantener la ecuanimidad – Evitemos ser desagradables y mantengamos el control para no cerrar los canales de comunicación. Lo importante no es adjudicar culpas ni reproches, sino buscar una solución a un problema que nos afecta y que no queremos que continúe repitiéndose.
  7. Escuchar lo que tenga que decir – Es importante mantener una mentalidad abierta y estar preparados para entender lo que motivó a la otra persona a actuar de determinada manera. Si hay algo que enmendar, debemos hacerlo y si no podemos hacer nada, aprender la lección y alejarse, el tiempo es una buena cura para todo.  Es posible que esta persona necesite ser confrontada para percatarse de su proceder.
  8. Expresar nuestro sentir con honestidad – Este tipo de conversación va a tener un impacto en la manera en que nos relacionemos con esta persona en lo sucesivo, por lo que es importante aclararle lo que puede esperar de nosotros, de esta manera evitamos malentendidos y tenemos las cuentas claras. 
  9. Perdonar o no perdonar – Este dilema no tiene una solución fácil. Perdonar a una persona no significa que estemos de acuerdo con lo que hizo, tampoco quiere decir que olvidemos el pasado, sino que a pesar de todo y con conciencia de ello decidamos darle la oportunidad para rectificar.
  10. No justificar sus motivos – Perdonar tampoco significa justificar un comportamiento inadecuado. Tener una perspectiva clara de lo sucedido nos ofrece una gran experiencia de aprendizaje para el futuro, no solo con esta persona, sino con otras que se acerquen con tendencias similares. Estar sobre aviso significa que seremos menos vulnerables a
  11. estas situaciones y probablemente tomemos otras precauciones que no tuvimos antes.

¡Juzgue el lector, ¿cómo podemos medir el porcentaje de hipocresía admisible? y que todos utilizamos en nuestra conducta diaria! Si desean saber y utilizar más herramientas en su vida diaria le exhorto a leer mí  libro ¿Sabes cómo identificar y manejar a los B.I.T.C.H.? Guía práctica y humorística (personal/profesional). 

La autora es escritora con estudios graduados en Psicología Industrial/Organizacional, Profesora universitaria, especialista en adiestramientos, consultora de Desarrollo Organizacional, Recursos Humanos y Conferenciante. Aquiere el libro aquí.

Esta es la segunda columna de la profesora. Puedes leer la primera aquí. ¿Sabes cómo identificar y manejar a los B.I.T.C.H.? (Bipolares, Inseguros, Traidores, Controladores, Hipócritas)

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