Por Wendaly Barbosa Ramos / Actívate al máximo
Uno de los aspectos que se reveló con la pandemia del coronavirus es la crísis de liderazgo en la que se encuentra el mundo actual. Son muy pocos los gobernantes que han estado a la altura de la situación.
Muchos países han descubierto que tienen por líderes a individuos mediocres, malintencionados o francamente ineptos. Hoy por hoy, hay una crísis de liderazgo y la misma está impidiendo un gran acuerdo global para hacerle frente a una situación que nos compete a todos.
En general, no estamos en las épocas de líderes brillantes al frente. Por norma, ha reinado la improvisación, cuando no lo ha hecho la mentira o la incompetencia.
La crísis de liderazgo también se manifiesta en la imposibilidad de lograr algo que es crucial en una situación como esta: Un frente común. El problema afecta prácticamente a toda la humanidad, pero hasta el momento en muchos casos ha prevalecido el individualismo y el egoísmo.
También se requiere creatividad, pero hasta ahora la respuesta ha estado más teñida de autoritarismo, que sin temor a equivocarme, se podría definer como “panismo” (amigos del alma).
Son muchos los gobiernos que han hablado del dilema «Economía vs. Vida» para referirse a las cuarentenas obligatorias y la detención de la actividad económica que estas suponen. Para muchos, el sentido común dice que no hay dilema: la vida es un valor supremo y que la decisión de preservar la debe estar por encima de todo lo demás. Lo que sucede en el fondo es que la mayoría de los “líderes” lo son solamente bajo determinadas circunstancias.
Y ni hablar de la corrupción. Si en el sector público ha sobresalido la mala gestión, en el sector privado hemos visto como ha habido empresas que han aprovechado la situación para intentar maximizar su beneficio. Esto ha llevado a algunos Estados a regular el precio de determinados bienes de consumo, como pueden ser los Equipos de Protección Personal (EPP), entre otras.
Por otro lado, muchos de los gobernantes del mundo actual tienen el poder, pero no autoridad sobre sus pueblos. Una de las formas en que se manifiesta la crisis de liderazgo es la desconfianza que muchas sociedades manifiestan hacia quienes les gobiernan.
En la actual crísis, la mayoría de los gobiernos han seguido un plan, sin plan realmente. Se decretaron las cuarentenas y las variaciones a las mismas que solo han sido fruto del afán por reactivar la producción, pero no de la creación de una perspectiva innovadora.
Es obvio que la situación tomó a todo el mundo por sorpresa y apenas se está comenzando a reaccionar, pero aún no aparecen señales de creatividad en buena parte de los gobernantes.
La situación actual ha desafiado la capacidad de los gobernantes y muchos de ellos NO están saliendo bien librados. Aún no se sabe cómo saldrá el mundo de esta situación, pero sí es previsible que haya cambios en la configuración del poder.
Somos nostros los que cada vez estamos más concientes de qué es lo verdaderamente esencial en un país y qué no porque somos los que estamos sufriendo las consecuencias del pobre y pésimo liderazgo de los gobernantes. Por lo tanto, como dicen coloquialmente “Pónganse pa’ su número”.


La autora es escritora con estudios graduados en Psicología Industrial/Organizacional; Profesora universitaria, especialista en desarrollo de adiestramientos y procedimientos. Consultora Desarrollo Organizacional/Recursos Humanos; y Conferenciante
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