Por William Ramírez / Director Ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU)
Al amanecer del domingo, aproximadamente las 2:00 am, comenzamos a recibir noticias de lo que acontecía en la ciudad de Orlando en el estado de Florida EE.UU. Inmediatamente supimos que se trataba de una masacre en un conocido club nocturno que patrocina la comunidad LGBTTQI de esa ciudad; además supimos que dentro del mes del Orgullo Gay celebraban la noche latina. Nuestra reacción inmediata fue pensar en un posible crimen de odio dirigido contra la comunidad LGBTTQI, donde además gran número de las víctimas serian de origen puertorriqueño. Esa diáspora de que tantos hablamos en la isla, los que se fueron de Puerto Rico buscando nuevos lares para un mejor futuro ante un tétrico panorama económico que no parece tener solución inmediata. Hoy lloramos nuestros hijos e hijas; los que se fueron y no volverán. Los que nunca olvidaremos; los que tendremos siempre presente. Familiares en Puerto Rico y otras ciudades se preparan para hacer viaje a Orlando en busca de sus seres queridos y queridas.
Para Puerto Rico es una tragedia multi-dimensional. Al igual que en muchos lugares en el mundo, la comunidad LGBTTQI de Puerto Rico y sus aliados han luchado fuertemente para lograr equidad y el respeto que todos añoramos como un principio de derechos humanos. Por otro lado, Puerto Rico ha perdido mucha de su población joven a lugares como Orlando, Nueva York, Chicago, entre otros, quienes salen en busca de mejores oportunidades; y algunos en busca de un lugar más seguro ante la creciente criminalidad que nos arropa.
Hoy lloramos a los jóvenes que perdieron su vida al odio; tenemos mucho que hacer para lograr equidad plena para todos y todas. Irónicamente, este horrible acontecimiento tuvo lugar tras recientemente la comunidad LGBTTQI haber alcanzado importantes logros de derechos humanos. ¿Cómo pensar que iba a ocurrir un evento tan nefasto como el de Orlando? Tenemos, y debemos, que continuar luchando por adelantar los derechos humanos de todas y todos, sin detenerlos; de esa forma le brindamos nuestro respeto y les rendimos honor a los caídos en Club Pulse de Orlando, Florida.
El mes de junio 2016 ha sido un mes particularmente decepcionante para Puerto Rico. Sin embargo; la masacre de Orlando va mucho más allá de lo que es aceptable para cualquier pueblo, por más fuerte que sea su determinación. En el club Pulse de Orlando se perdieron muchas vidas y muchas más han sido tronchadas por este crimen cometido contra toda la comunidad LGBTTQI. Es un acto de odio y cobardía cometido por una persona particular.
De ninguna forma endosamos la idea que los asesinatos en el club Pulse es un acto atribuible a una religión y/o a un pueblo en particular. Reiteramos nuestro respeto por las ideologías y religión de todos. Instamos a que todos trabajemos con nuestras diferencias de criterios hacia un mismo fin; sabemos que no es tarea fácil, pero es necesaria. No debemos ver este horrible acontecimiento de otra forma que no sea como el acto de una persona con una agenda de Odio. Trabajaremos todos hacia el mismo fin de respeto mutuo, para adelantar los principios preciados contenidos en los documentos internacionales de Derechos Humanos. Idealista quizás, pero noble y nuevamente necesario.
Todos y todas debemos estar con la comunidad universal LGBTTQI y con la ciudad de Orlando. Nuestro más profundo pesar y respeto a todos y todas las víctimas de esta injustificable matanza. La lucha por la equidad continúa, la lucha por el respeto mutuo continúa.
Todos somos LGBTTQI, todos somos Orlando.
A continuación un breve comunicado de nuestra oficina nacional de la ACLU:
“We stand in solidarity with the LGBT community, which appears to have been tha target of this attack. Our thoughts are with those who lost loved ones and with the entire suffering Central Florida community.
As we together to heal from this tragedy, we must also continue to stand against any remain in solidarity with the Muslim community here in Florida and elsewhere”.
laislaoeste@gmail.com