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Madre de menor quemada narra cómo su agresor pasó a ser querido en su casa

2019 / One Red Media

Por Daileen Joan Rodrigüez / La Isla Oeste

Muerta a sus 13 años, el cuerpo de Jomaira Hernández Bonilla presentaba fallo de órganos internos, necropsia o muerte de tejidos, heridas y quemaduras de segundo y tercer grado, sobre todo en la parte izquierda de su cuerpo, desde la cara al cuello, extendiéndose por el brazo, hasta el tórax, espalda y sus partes inferiores. 

Cuando la patóloga forense Rosa Rodríguez, recibió su cadáver el 14 de mayo para realizarle la autopsia, su diminuto cuerpo tenía solo el rostro y el brazo derecho al descubierto. El resto, estaba cubierto de vendas y mallas de las que colocan en el hospital durante procedimientos para injertar piel.

La causa de muerte: “complicaciones por quemaduras profundas en un 85 por ciento de su cuerpo”, afirmó hoy la patóloga forense, durante su testimonio como testigo del ministerio público en el caso contra Wilson Meléndez Bonilla, de 19 años, quien enfrenta cargos por asesinato en primer grado –entre otras denuncias- por el crimen que presuntamente cometió el pasado 23 de marzo en la residencia de la menor, en el sector Las Quebradas de Monte Grande en Cabo Rojo.

Foto por One Red Media

Jomaira murió el 12 de mayo, tras el  fallo de órganos internos como el riñón. Su corazón y pulmones se infectaron debajo de su piel muerta. Las imágenes que desfiló el fiscal Gerardo Martínez Rodríguez ante la jueza Soraya Méndez Polanco en la Sala 305 del Tribunal de Mayagüez, mostraron a una Jomaira irreconocible.

2019 / One Red Media

Desde su silla, atado de manos y pies con esposas y vistiendo el mono traje color mostaza de confinado, un Wilson silente hacía intentos de ver las imágenes proyectadas en la pared del salón judicial. Pero desde su perspectiva era casi imposible alcanzar a ver el daño que recibió la menor tras haberse prendido en fuego aquella noche en el sofá de la sala de su casa.

Los abogados de defensa, licenciados Carlos Cruz Martínez y Lenny Bonet, no tuvieron preguntas para contrainterrogar a la patóloga forense, por lo que la Fiscal de Distrito, Blanca T. Portela, llamó al estrado a Nanette Martínez Camacho, de 34 años, madre de Jomaira.

La testigo narró, a preguntas de la fiscal, cómo Wilson entró al seno de su hogar como una persona especial para Jomaira. Hacía ocho meses que Nanette había llegado a Puerto Rico de Nueva York, cuando su hijo mayor, de 17 años, empezó amistad con Wilson porque estudiaban juntos en la nocturna. Todos los sábados salían juntos en familia a montar caballo y Wilson empezó a tener relación cercana con Jomaira.

2019 / One Red Media

“Al principio yo los veía como si se gustaran”, narró la madre a preguntas de la fiscal, quien inquirió en varias ocasiones si ella conocía que Jomaira tenía relaciones sexuales con el ahora imputado de su muerte. Dijo que Wilson “era tranquilo, se portaba lo mas bien con la nena”. Reconoció que Jomaira le confesó una vez que le gustaba, pero que siempre le negó que tenían relaciones. No obstante, afirmó que en ocasiones Wilson se quedaba en su casa a dormir en un mattress que tiraba en el piso de la sala, donde Jomaira incluso se acomodaba.

Empero, la historia cambió cuando Jomaira pasó a estudiar el quinto grado en otra escuela, donde empezó a tener amigos de su edad. Entonces, Jomaira le dijo a Wilson que no estaba para tener novio.

Pero Wilson siguió yendo a la casa. Ese 23 de marzo, pasadas las 6:00 de la tarde, Nanette vio a Wilson caminar hacia el puesto de gasolina con un bulto en la espalda, narró. Ella se dirigía al colmado junto al padre de tres de sus cinco hijos, Edwin Hernández, para comprar cigarrillos y luego regresó a la casa, donde dejó a Jomaira y al nene de 12 años en la sala acostados, cada uno en un sofá. Ya eran pasadas las 7:00 de la noche cuando se fue al cuarto a dormir. La puerta de entrada estaba sin seguro porque faltaban por llegar Edwin y los demás hijos.

Nanette despertó con los gritos de Jomaira desde la sala. ¡Que me quemo, me quemo! ¡Mami que me estoy quemando! Nanette narró que salió despavorida del cuarto y vio a Jomaira prendida en fuego por la espalda. Le pidió al nene que buscara la manguera afuera y empezó a quitarle la camisa a la niña. En eso, se quemó las manos, mientras hacía intentos por salvarla del fuego.

Un vecino llegó en auxilio y llamó a la ambulancia. Tras asistir a Jomaira, la montaron en la ambulancia y ella pidió que a su mamá la llevaran al hospital a parte porque se ponía nerviosa. Nanette no volvió a hablar nunca más con su hija, porque fue trasladada al Hospital Pediátrico en sala de intensivo, donde falleció, precisamente el Día de Madres.

En su turno, la defensa contrainterrogó a Nanette, a quien preguntó si le constaba que Wilson tuviera relaciones sexuales con Jomaira.

-Nunca, respondió la mujer con cinco años de escolaridad. Dijo haberse enterado de las relaciones entre ellos “porque Wilson lo dijo en la corte”. A preguntas del licenciado Carlos Cruz Martínez, Nanette dijo que nunca vio a Wilson entrar a la casa esa noche. Tampoco lo vio con gasolina. “Lo vi con el bulto caminando por ahí pa’ abajo”, declaró.

La continuación de la vista preliminar está pautada para este jueves, 20 de junio, a las 10:00 am.

Mañana atropellada para la Defensa

Terminada la jornada de declaraciones, los abogados pidieron acercarse ante la jueza para solicitar una reconsideración a la multa de $250 que le impuso la magistrada en horas de esta mañana, luego que llegaran tarde a la vista preliminar.

Empero, la jueza Méndez Polanco reiteró su imposición, toda vez que los abogados nunca llamaron para excusarse y no fue hasta cuando el Tribunal se comunicó con el licenciado Cruz Martínez, que advino en conocimiento de que estaba atendiendo otro caso en el Tribunal Municipal de Aguada.

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