Por Daileen Joan Rodríguez / Para La Isla Oeste
San Germán. “Juzgan sin saber”. Es el dolor latente que vive día y noche el corazón de Luz E. Camacho, la abuela materna de la menor caborrojeña a quien su exnovio prendió en fuego en un instantáneo acto de violencia de género el pasado 23 de marzo.
Hoy, el Departamento de Familia confirmó a La Isla Oeste que “la menor continúa en intensivo” y que “no se vislumbra que salga en los próximos días”, según la oficial de prensa de la agencia, Frances Rodríguez.
Mientras, doña Luz reitera que la tragedia marcó a ambas familias, y en medio de ataques verbales, juicios públicos y críticas en las redes sociales, cita el refrán popular que dice: “nadie sabe lo que hay en la olla, más que el que la menea”.
La mujer de 52 años, se sabe rota con lo sucedido, sobre todo porque sufre la impotencia de ver a su hija, Nanette Martínez Camacho, enfrentarse a infinidad de juicios y comentarios en las redes sociales, que la señalan como responsable por negligencia, al no impedir que la niña de 13, tuviera amores con un joven de 19. Recientemente, la madre de la víctima salió de tratamiento psicológico y supone estar recibiendo ayuda de la Oficina de Compensación y Servicios a las Víctimas y Testigos de Delitos.

Con pesar en su rostro, la abuela recuerda a su nieta J.H.M. bailando y jugando, como lo hacía durante sus visitas. De ese sueño despierta la ama de casa, cada vez que recuerda que J.H.M. permanece en la unidad de intensivo pediátrico del Hospital Centro Médico en Río Piedras, en un estado de coma inducido, mientras recibe tratamientos por las quemaduras que abrazaron su cuerpo en casi un 90 por ciento.
Luego del incidente que mantiene en la cárcel al joven exnovio, Wilson Javier Meléndez Bonilla -por enfrentar siete cargos criminales relacionados a la tentativa de asesinato- tanto la víctima, como su hermano menor de 9 años y su hermana mayor de 17, pasaron a vivir a la casa de su abuela Luz, bajo la custodia del Departamento de Familia.
Hoy, doña Luz, pide sensibilidad en medio de las circunstancias que viven, “porque lo importante es que se recupere la nena; lo demás se atiende después”.

“Es muy fácil juzgar sin saber. En vez de ayudar más a las personas, desayudan. Hay mucha familia sufriendo aquí. Tanto la familia de la parte del muchacho, como la familia de parte de mi nieta. Hay mucha familia sufriendo”, reiteró, señalando que “nada es predecible”, haciendo referencia a los eventos que desencadenaron la tragedia.
Sus expresiones se dieron en la intimidad de su casa, en el sector Sabana Eneas en San Germán, desde el pasillo que lleva al cuarto, donde supone llegue a dormir su nieta. Allí, personal de la organización sin fines de lucro Comprehensive Human Services, montaba hoy una cama de posiciones, donada a través de la fraternidad Phi Sigma Alpha. Estos últimos también donaron una cama litera junto a Mueblerías Berríos para los hermanos y recaudan otras ayudas para hacerlas llegar, según el licenciado Luis E. Vivoni, presidente del capítulo de San Juan de la fraternidad.
A su lado, voluntarias del Club Damas Leones de Mayagüez, prestaba apoyo emocional a la abuela, que a petición de las cívicas, enumeraba la lista de artículos necesarios para su familia de extrema pobreza.
La sorpresiva visita a la casa de doña Luz, fue coordinada por la senadora Evelyn Vázquez, quien se comprometió a su vez en donar una unidad de acondicionador de aire para la habitación de la niña, que necesitará recuperarse en ambiente de temperatura óptima.
Según expertos, luego de una quemadura de la magnitud que recibió J.H.M., la menor podría estar enfrentado piel seca y gruesa, inflamación y hasta ausencia de dolor, debido a la posible destrucción de terminaciones nerviosas.
El tratamiento requiere de constante limpieza, desbridamiento o retiro de tejido muerto, además de medicamentos para el dolor y antibióticos para evitar infecciones. En algunos casos requiere de injertos de piel y reconstrucción cosmética. Debido a la Ley HIPAA, el Departamento de Salud no ha revelado a este medio detalles al respecto, más allá de que “está siendo tratada por un especialista en quemaduras y dentro de su situación crítica, se mantiene estable”.
La espera en casa con macarrón y lasaña
De pensar a su nieta bailando alegre en su casa –como la solía ver siempre- doña Luz ya prepara en su mente el menú de los platos favoritos de J.H.M. para mimarla. “Un macarroncito y lasaña. A ella siempre le gustaba la lasaña”, afirmó una abuela ilusionada con volver a ver a su nieta jugando con Gummy.
Gummy es la perrita de los menores que también sufrió quemaduras a consecuencia del bestial acto de violencia de género. A las afueras, en el balcón de la casa, Gummy ladraba como si supiera que estuvieran hablando de ella, aunque aún convaleciente de quemaduras en la pata y orejas, que le fueron operadas.
“La perrita se llevó al veterinario y le amputaron las orejitas. Pero ya está bien gracias a Dios”, acotó doña Luz. “Estaba tristona, pero ya está recuperándose”, dijo.
De recordar el evento, aunque no estuvo allí, doña Luz asegura hoy que lo más difícil es “el sufrimiento tan grande… de saber que uno pudo haber hecho algo; de haber estado allí (en la casa, la noche del fuego). Uno a veces piensa y tiene sentimiento de impotencia”, acuñó la mujer, buscando en su interior la paz necesaria para levantarse un día y haber superado todo.
Entretanto, el diario vivir de doña Luz, se resume en sustentar -con la ayuda de sus otros dos hijos- a los menores, que por el momento se mantienen bajo su custodia provisional.
¿Qué ha sido de los padres?, preguntamos, en relación a la condición de indigencia en que quedaron. Doña Luz confirmó que el matrimonio recibió la ayuda del Departamento de Vivienda y pasó a vivir en una nueva residencia, la que ahora tendrán que amueblar. Para ellos y para los niños, quienes lo perdieron todo en el siniestro, se recaudan hoy artículos de primera necesidad, ropa: para niña de 14 a 16 años tamaño small o 1 de pantalón, para niño tamaño 10 al 12; zapatos de mujer tamaño 6 y de niño 4, pañales de adulto tamaño mediano, ropa de cama, enseres y muebles.
La lista es amplia, por lo que cualquiera que desee ayudar a esta familia, puede hacerlo llamando a las organizaciones cívicas antes mencionadas, al 787-237-2279 o al 787-349-2420, respectivamente.
Periodista con 17 años de experiencia en periodismo hiperlocal. Fundadora de One Red Media / La Isla Oeste. Miembro de la Junta Directiva de la Asppro. Para preguntas o comentarios escribe a: daileenrodriguez@gmail.com