Por Alondra N. Ramos Zambrana / Para La Isla Oeste
El Torneo de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) 2019-20 comenzó oficialmente en septiembre 2019 con los primeros eventos y se suponía que finalizaría en Ponce en la última semana de abril con el tradicional evento conocido como las Justas Atléticas Interuniversitarias.
Pero hoy, cuando se suponía que diera inicio la semana mayor de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), no habrá torneos deportivos, ni encuentros finales de atletismo, ni competencias de porrismo o baile. Sismos y una epidemia de enormes proporciones forzaron las cancelaciones de eventos que han provocado que la primera mitad del 2020 sea identificada como una de las etapas más difíciles en la historia del deporte universitario en la Isla. Puerto Rico ha enfrentado muchos retos desde principio de año, lo que ha causado incertidumbre y sobre todo en el deporte puertorriqueño. Todas las ligas deportivas se han visto afectadas desde enero, pero ¿cuál será el futuro de ellas?
Las Justas se remontan al año 1929 con la creación de la LAI, la cual comenzó con tres eventos. Hoy día es una de las ligas más importante que tiene Puerto Rico, donde compiten los mejores atletas universitarios y la cual llena de orgullo a cada institución representada por ellos.
Primer reto: Sismos en enero
Desde los primeros días de este año el deporte universitario comenzó a enfrentar varios retos. A partir del 7 de enero comenzó a temblar en Puerto Rico y se empezó a sentir un sismo tras otro. Como resultado, cientos de familias quedaron sin hogar y miles de personas se enfrentaron al gran temor de regresar a sus hogares, pues los consideraban inseguros. Este fue el primer reto que varios estudiantes-atletas enfrentaron ya que los entrenamientos pausaron en lo que se estabilizaba la situación. La LAI, tenía como fecha de inicio el 31 de enero para varios de sus deportes que fueron pospuestos para el 19 de febrero causando así un atraso en el calendario deportivo. Así también la sede de las Justas cambió de lugar para Mayagüez ya que varias estructuras se dañaron en Ponce y a eso se le suma el temor de tener conglomerada a tantas personas en la ciudad Señorial durante esa semana y que ocurriera un sismo de mayor magnitud.
La directora del programa deportivo de la Universidad de Puerto Rico recinto de Ponce, Lesbia Colón, indicó que tuvo dos estudiantes-atletas que se identificaron con la pérdida total de su hogar y otros de 5 a 10 que estaban fuera de su hogar por seguridad. Colón asegura que las instalaciones deportivas no sufrieron daños, aunque permanecieron cerradas hasta que fueron inspeccionadas por los ingenieros estructurales. “El cambio de sede (de Ponce a Mayagüez) trae un gasto que no estaba presupuestado, para nuestro programa tiene un impacto mayor en su presupuesto”, dijo.
Naomi Sepúlveda y John Pacheco fueron dos estudiantes que se vieron afectados por estos sismos. Para Naomi, estudiante-atleta en 3,000 con obstáculos y campo traviesa de la Universidad de Puerto Rico recinto de Ponce este suceso la afectó mucho. Asegura que su casa tuvo grandes dañosy los únicos lugares disponibles para habitar eran la cocina y la sala. Además, indica que en su calle se hizo una grieta enorme. Al llegar los ingenieros a revisar su casa le dijeron que estaba viva de milagro. Emocionalmente, Naomi asegura que estos sismos le afectaron. Su preparación para la LAI se vio frenada. Ni tan siquiera se atrevía a salir de la casa donde se refugió con su familia.

“Nuestro único y humilde hogar ya no era habitable, nos quedamos sin nada”, expresó John Pacheco, estudiante-atleta baloncelista de la Universidad de Puerto Rico recinto de Arecibo tras hablar sobre los sismos ocurridos en enero. Al perderlo todo tuvo que enfocarse en resolver los problemas inmediatos. “Casi no podía pensar en mi preparación, debido a que tenía muchas cosas en la mente, ya no era yo en ese momento. Pero nos tocó proceder como el Phoenix, desde las cenizas renacer”, recuerda John.

Jaksenia Figueroa, estudiante-atleta de 3,000 con obstáculos de la Pontificia Universitaria Católica de Ponce y medallista por tres años en las Justas, dijo que debido a los temblores su preparación para las competencias de este año se detuvo.
“Estuve semanas que solo entrenaba en las tardes y muy temprano porque se había ido la luz en la comunidad donde vivo. Además, la mayor parte de los temblores eran en la mañana, se me hacía difícil levantarme temprano y si lo hacía no cumplía con el tiempo que mi entrenador me exigía”, recordó Jacksenia.“Mis entrenamientos se afectaban por los temblores y al volver a la universidad no me sentía segura, pero me sentía obligada a ir porque tenía que cumplir un reglamento”.

Segundo reto: El coronavirus
A finales de noviembre se empezó a propagar en Wuhan, China, el virus llamado COVID-19, una mutación del coronavirus. Puerto Rico ignoró en sus primeras etapas la rápida propagación del virus. Cuando los primeros casos fueron detectados en la Isla ya la Organización Mundial de la Salud había declarado una pandemia. El 15 de marzo la gobernadora Wanda Vázquez Garced ordenó un toque de queda y cierre de negocios para toda la isla como medida preventiva al contagio del COVID-19. Con esta nueva paralización los atletas universitarios se enfrentaron a otro reto de aislamiento que los obligaba a entrenar en su hogar, adoptar cambios en su alimentación y creaba incertidumbre sobre si el distanciamiento social permitiría en algún momento completar los ciclos deportivos de la LAI pautados para este semestre.
Para Andrea González, futbolista de la Universidad de Puerto Rico recinto de Arecibo, su preparación ha cambiado completamente. Afirma que no cuenta con los materiales de juego que se requieren y mucho menos con la dinámica del equipo.
“Por más que yo no quiera, esta LAI ya se acabó y es por el bien de todos debido a esta situación, como quiera me sentiría mal porque es mi último año y yo deseaba con todas mis fuerzas poder jugar. Nunca imaginé que se podría acabar de esta manera”, dijo.

Jariel Zayas, atleta de pista y campo y estudiante candidato a graduación este año, expresó que emocionalmente le afectaría la cancelación de esta temporada LAI ya que sería su última competencia. Asegura que su alimentación no ha cambiado y aunque no puede entrenar de la misma manera que antes de la adopción de las medidas de aislamiento, consigue rutinas y hace físico y cardio.

Dail Ruiz, entrenador de atletismo de la Universidad Politécnica de Puerto Rico, dijo que ha intentado que el entrenamiento sea uno de mantenimiento sin subir las cargas de trabajo y modificándole los ejercicios a sus atletas a la realidad de la situación. El dirigente dijo: “La LAI la suspenderán porque la situación es impredecible y pienso que la LAI es un organismo muy incompetente y con falta de innovación para mejorar su estructura y modificar su calendario de competencia”.

El dirigente de los equipos de fútbol de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, Antonio López, expresó que lo más saludable para estas competencias sería suspenderlas para evitar más contagios, aunque dice que él continúa enviando rutinas de trabajos físicos para que las jugadoras no pierdan la condición física en caso que se posponga para verano.

Tercer reto: Cancelaciones de eventos
Ramón Hernández Cruz, director Atlético de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico,opina que de “cancelarse los eventos deportivos de la LAI, sería un golpe duro para los programas deportivos y estudiantes-atletas”. Según Hernández, los estudiantes-atletas han trabajado fuerte durante el año para representar dignamente a sus instituciones y “de no poder hacerlo causaría tristeza en todos los componentes de los programas deportivos. Sin embargo, nos daría tranquilidad y esperanza el saber que la seguridad y la salud es lo principal en estos momentos”. Advierte que la cancelación podría afectar el reclutamiento de estudiantes atletas, pero no impedirá que se supere como se ha hecho anteriormente. “Juntos lo lograremos”, dijo esperanzado.
Lesbia Colón añade que la cancelación de los torneos y de las Justas Atléticas es una decisión que trastoca el área competitiva, administrativa y académica, pero que en este momento la salud de todos es prioridad.
“No como el cielo de grande”. Así responde el comisionado de la LAI, Jorge O. Sosa, a la posibilidad de lograr la fecha que estaba acordada para la finalización de las competencias.

Sosa dijo que el torneo está en pausa y que habría que ver si se pueden realizar competencias en los meses de verano. De lo contrario, conllevaría, la cancelación de las mismas. De darse la cancelación de este festival deportivo se está planteando la posibilidad que a los estudiantes-atletas que culminaran este semestre su elegibilidad deportiva podríanpermanecer un año como elegibles, siempre y cuando su deporte haya sido cancelado debido a la pandemia.Para los estudiantes que se gradúen este año no aplicaría esta propuesta. Un estudiante universitario es elegible siempre y cuando cumpla con las normas de elegibilidad del Reglamento de la LAI artículo 70.
Esta es la quinta ocasión en la historia deportiva puertorriqueña que se cancela el torneo deportivo universitario. Las primeras cancelaciones fueron en 1934 y 1945 por la elegibilidad de un estudiante. Más adelante, en 1937 y 1938 el torneo fue cancelado como consecuencia de un motín en la competencia de 1936.
A la fecha del comienzo del segundo semestre de este ciclo de competencias 2019-20 la Universidad de Puerto Rico recinto de Mayagüez iba al frente en la Copa Global con 432 puntos. En segundo lugar, estaba la Universidad Interamericana de Puerto Rico con 406 y en tercer lugar con 400 puntos la Universidad de Puerto Rico recinto de Río Piedras.
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