Por Dra. Arleen Santana Mercado, CPL
Cuando a finales del año 2019, se identificó un grupo de personas con una neumonía “poco usual” en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei en China, es muy probable que muchos ni le prestamos atención y solo pensamos que era algo pasajero de dicho país. Tres meses más tarde nuestra realidad es otra.
Para enero de 2020, nos enteramos que China estaba haciendo frente a un nuevo coronavirus, muy distinto a los ya conocidos comúnmente en los seres humanos. El 11 de febrero de 2020, la Organización Mundial de la Salud, anunció que el nombre oficial de esta enfermedad sería; enfermedad del coronavirus 2019, abreviada COVID-19. Esta enfermedad, es causada por el virus que ese mismo día fue nombrado por el Comité Internacional de Taxonomía de Virus comoSARS- COV-2.
Es en este momento, cuando ya comenzamos a prestar un poco de atención a lo que esta sucediendo, observando como este virus estaba esparciéndose por toda China y pronto por países de Europa. Aun así, seguíamos nuestra rutina diaria, sin preocupaciones mayores, solo atentos a lo que sucedía en el mundo.
A principios del mes de marzo, comenzamos a observar que Italia aumentaba sus casos de COVID-19 a raíz de 800- 1,000 diarios y de igual manera, Estados Unidos reportaba un aumento en personas contagiadas con el nuevo virus, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).Esta situación, tenía a todos los países del mundo preocupados y creando estrategias para evitar la entrada del virus a sus fronteras, Puerto Rico no fue la excepción.
El 12 de marzo de 2020, la gobernadora de Puerto Rico Hon. Wanda Vázquez Garced, mediante orden ejecutiva, proclamó un estado de emergencia a toda la isla de Puerto Rico ante la amenaza del COVID-19 y el reporte de los primeros casos positivos. Este estado de emergencia que aún prevalece, decreta un toque de queda a partir de las 9:00 p.m. y limita las operaciones de los comercios a aquellas identificadas como esenciales. Aquí comienza nuestra incertidumbre y las preocupaciones a manifestarse.
Como muchos puertorriqueños, trabajo en una institución privada que ha tomado como medida recesar hasta el 30 de marzo de 2020. A pesar de que algunos de nosotros podemos realizar tareas desde nuestro hogar, ¿cómo se sienten los que no pueden o no tienen los recursos para hacerlo? Otras personas comienzan a preguntarse:¿Cerrarán los supermercados?, ¿son reales las informaciones difundidas a través de las redes sociales?, ¿podremos controlar la enfermedad?, ¿qué pasa si me enfermo, moriré? o simplemente, ¿qué hago con tanto tiempo libre? Todas estas interrogantes y muchas otras más comienzan a crear ideas irracionales en nuestra mente que pueden llevarnos a perder el control de nuestra salud mental.El estrés y la ansiedad pueden decir presente si no controlamos lo que vemos y pensamos durante este tiempo de aislamiento social.
Seguramente, todos hemos sentido estrés en algún momento, en ocasiones ha sido breve por alguna situación pasajera y en otras ocasiones persistente por problemas mayores como enfermedades o muerte de algún familiar cercano.La pandemia del coronavirus 2019 (COVID-2019) podría ser estresante para muchas personas tomando en consideración que vemos a diario largas filas en los supermercados, el pánico de muchos por el “trabajo en casa”, la escasez de productos esenciales y las preguntas a diario de los niños sobre lo que está sucediendo entre otras situaciones. Sin perder de perspectiva que somos un pueblo que hace aproximadamente dos meses nos enfrentamos a un terremoto que alteró nuestro diario vivir y que aún mantiene a personas sin hogar.
Cada uno de nosotros reacciona diferente a estas situaciones estresantes. El CDC menciona que las personas que podrían tener respuestas más fuertes al estrés de una crisis incluyen:
- Personas mayores y personas con enfermedades crónicas quienes están en mayor riesgo si contraen COVID -19.
- Niños y adolescentes
- Personal de ayuda como médicos, enfermeras y personal de respuestas a emergencias.
- Personas que tienen afecciones de salud mental como consumo de sustancias.
Asimismo, el CDC añade que este estrés causado por el brote de una enfermedad infecciosa puede incluir:
- temor y preocupación por su propia salud y la de sus seres queridos,
- cambios en patrones de sueño,
- dificultad para dormir o concentrase,
- empeoramiento de problemas de salud crónicos, y
- aumento de consumo de alcohol y drogas.
Ahora, ¿Qué podemos hacer para ayudarnos? Es importante que dejemos de estar pendiente a las redes sociales y solo prestar atención a la información oficial. El estar escuchando constantemente sobre la pandemia y la cantidad de casos reportados o muertes registradas puede afectarnos. El estar invirtiendo muchas horas del día en preocuparnos por una misma situación genera agotamiento emocional. Realice ejercicio, duerma lo suficiente, coma saludable y evite el alcohol y las drogas.
El sedentarismo se puede apoderar de nosotros durante este periodo de aislamiento social, así que es momento de hacer ejercicio físico, no tiene que ser una extensa rutina, al menos 30 minutos nos ayudará a sentirnos mejor. Aprende algo nuevo de tecnología, puede ser para uso personal o para integrarlo a tu trabajo, ya nos hemos dando cuenta cuan necesaria y cuanto ayuda en la comunicación y mantenimiento de algunos procesos tanto académicos como administrativos.Podemos leer un buen libro, eso nunca está de más, ¿cuántas veces hemos querido tener tiempo para hacerlo?Además, es de suma importancia el comunicarnos con otras personas que confiamos y dialoguemoslas preocupaciones. El mantenernos conectados con la familia nos ayuda y tranquiliza, utilicemos la tecnología para compartir con ellos. Si el estrés está interfiriendo con las actividades cotidianas debemos comunicarnos con nuestro médico para ayuda profesional o a la línea PAS al 1-800-981-0023.
Por último, convirtamos el aislamiento en oportunidad, se sorprenderá de todas sus capacidades. Me alegra entrar a mis redes sociales y ver amigos pintando cuadros, haciendo repostería, hasta escribiendo poesías y libros. En fin, lo importante durante este tiempo es que evites el agotamiento mental, explora el momento presente y descubre que ahora todo esta bien contigo. El futuro es incierto, pero como pueblo este virus lo paramos unidos, mientras tanto, quédate en tu casa.
La autora es consejera profesional licenciada y educadora y consultora educativa. Puede contactarle escribiendo a: dra.arleensantana@gmail.com Para más información pueden visitar: https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/prepare/managing-stress-anxiety-sp.html
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