Por Vionette Pietri, J.D.
En estos momentos que estamos viviendo, mucho ha cambiado. Nos hemos tenido que detener. No porque un doctor lo recomiende para evitar ataques al corazón, o presión alta. Sino porque no nos ha quedado otro remedio. Porque una crisis de envergadura mundial nos ha detenido. Nos ha tocado a muchos trabajar desde la casa, a otros perder sus trabajos temporalmente o permanentemente. Los niños ahora estudian desde las casas. Las familias se han reunificado. Otros se sacrifican en sus respectivos trabajos por ser considerados esenciales.
Lo importante de todo esto, no es lo que hemos perdido. Porque si es definitivo que hemos perdido libertad. No podemos irnos de compras normalmente, o quedarnos en la playa, ir al cine, viajar. Sin embargo, hemos ganado respeto por la vida, por las cosas que antes dábamos por garantizado. Hemos aprendido a convivir y a valorar más la familia. A extranar lo que antes no veíamos como una bendición.
Es tiempo de valorar. De valorar nuestra vida, de valorar nuestra familia, nuestros trabajo, nuestras amistades. Tiempo de valorar cada minuto de vida. De cuidarnos. De entender que la salud es esencial para que lo demás venga por añadidura. Es tiempo de tener fe. De orar. De protegerse.
Si, la vida ha cambiado. El mundo ha cambiado. Nosotros también. Espero que luego que esto termine, seamos todos más agradecidos. Espero que reconozcamos y valoremos tantas bendiciones que tenemos frente a nosotros y que antes no veíamos. Que reconozcamos los milagros que vivimos en cada amanecer. Es tiempo de amar.

La autora es abogada, conferencista internacional, empresaria, y directora de la Fundación Baila Corazón. Visita su sitio web: www.vionettepietri.net
laislaoeste@gmail.com